Simbolos
El Escudo
Diseñado por el Dr. Pablo Emilio Avila y cuya leyenda heráldica la redacto el Br. Trinidad Figueira, el escudo esta dividido diagonalmente en 2 cuarteles: en el superior se muestra un manojo de espigas, emblema de la unión y de la abundancia; el rastrillo, la hoz que lo acompañan y los picos señalados a ambos lados de la estrella, representan el trabajo, fuente de toda la prosperidad. En el inferior se observa una fortaleza que representa el Castillo de San Felipe, denominado hoy Libertador, construido con el impulso del cacao, para guardar a Puerto Cabello y a las Bocas del Yaracuy del comercio ilícito en la época de la dominación española.
En el inferior se observa una fortaleza que representa el Castillo de San Felipe, denominado hoy Libertador, construido con el impulso del cacao, para guardar a Puerto Cabello y a las Bocas del Yaracuy del comercio ilícito en la época de la dominación española. Significa además la entereza con que la población de los Cerritos de Cocorote sostuvo sus aspiraciones en la lucha secular para alcanzar el titulo de Ciudad, dado en Sevilla, mediante justo proceso por el Rey Felipe V, el 6 de Noviembre de 1729, de quien la nueva población edificada por los vecinos de dichos Cerritos de Cocorote tomó el nombre, estableciendo como patrono espiritual de ella al Apostol Felipe (San Felipe, actual capital del Estado).
Las ramas de caña y de cacao que van a los lados, atados por un lazo, que patentiza
la soberanía del Estado, dicen de los cultivos principales que le dan la vida propia. La estrella que corona al escudo es el Sol de la Libertad, que oriento a los varones yaracuyanos que en "triunfos llegaron donde tuvo sus templos el sol".
La Bandera
La Bandera se halla en tres franjas oblicuas desiguales: una de color de rojo que simboliza el espíritu indómito de los indígenas que poblaron estas tierras que lucharon con gran voluntad contra la invasión Española y el de los hombres que lucharon para lograr la autonomía que hizo posible la creación de la provincia de Yaracuy en 1855, inicio hoy es Estado Yaracuy.
Rojo:
Simboliza el espíritu indómito de nuestros indios jiraharas, quienes lucharon con férrea voluntad
contra la invasión española y la de los héroes del Cerrito Cocorote quienes después de muchas luchas lograron la autonomía de Yaracuy de la Provincia de Barquisimeto.
Azul:
Conjuntamente con el rojo y el amarillo, simboliza el respeto colectivo por nuestra Bandera Nacional. Al mismo tiempo simboliza los recursos hídricos de que dispone la región.
Blanco:
Simboliza el espíritu servicial que ha caracterizado por siempre a la región yaracuyana y su gente.
Amarillo, Azul y Verde (Círculo):
Sol, cielo y tierra se conjugan para exaltar las extraordinarias riquezas naturales del Estado y proyectar ante la Patria y ante el mundo sus potencialidades, privilegios y virtudes. DIAGONALES Concilian y armonizan todos los elementos en la Bandera, dándoles una percepción de marcha y movimiento.
Cielo y Montañas (Dibujos):
Representan la presencia del arte en este Estado que ha sido cuna de grandes artistas.
Se instalará como día de la bandera del Estado, el 28 de Marzo, día del Yaracuy, durante dicho día la Bandera permanecerá izada en el palacio de Gobierno y demás edificios públicos.
Himno Regional
Siendo la música del Prof. Fermín Abdón Ramírez, se instauro de hecho en la ciudad de San Felipe, capital del Estado Yaracuy el 8 de Junio de 1911, año 102 de la Independencia y 53 de la Federación. Y la letra de Pedro María Sosa, el cual procura construir para nuestro Yaracuy un canto al alcance de las masas populares sin alusiones mitológicas, se instaura el 19 de Abril de 1911.
Letra del Himno del Yaracuy
Letra:Pedro María Sosa
Música: Abdón Ramírez
Coro
Alto la fama pregona
mis gloriosas tradiciones
la opulencia de mi zona
la virtud de mis varones
I
Dominaba la España invasora
mis extensas y ricas comarcas
repletando, insaciable, sus arcas
con la savia vital de mi flora.
El soberbio castillo almenado
que en el Puerto Cabello se ostenta
fue construido con oro esquilmado
a mi zona feraz, opulenta
II
A tal punto llegó la crueldad
que mi pueblo con voz varonil
en la fecha gloriosa de abril
entusiasta gritó: ¡LIBERTAD!
Yo no quise acatar la Regencia
y firmé con patriótico empeño
aquella acta en que el pueblo avileño
con orgullo exclamo: ¡Independencia!
III
De Bolívar la fúlgida estrella
con denuedo mis hijos siguieron
y mis fueros sagrados hubieron
en aquella sangrienta epopeya;
persiguiendo al audaz español
mis guerreros en triunfo llegaron
al Perú que tambien libertaron
¡donde tuvo sus templos el SOL!
IV
El progreso, esplendente fanal
con su mágica luz ilumina
la semilla del bien que germina
en mi hermoso jardin tropical;
elementos contengo, prolijos,
honra y prez de mi noble existencia;
en la paz, en la guerra, en la ciencia,
¡porque en todo culminan mis hijos!