Prosumidor; nueva tendencia que rompe esquemas en la agroalimentación
(Secretaría de Comunicación e Información).- (REPORTAJE ESPECIAL) (REPORTAJE ESPECIAL) Desde un pequeño balcón del apartamento ubicado en plena ciudad, como desde el jardín de la casa y, hasta en un reducido espacio del ambiente laboral, la tarea de sembrar se ha convertido en un apasionante oficio transformado cada vez más, en una tendencia ecológica, versátil y sencilla lo que la hace vanguardista, así como, amigable con nuestro planeta que le dice “Stop” a la agricultura que recurría al uso de químicos. El cada vez mayor descubrimiento y conocimiento de afecciones en los seres humanos, generadas por el alto consumo de alimentos cultivados de la manera mal conocida como “tradicional” es decir, con base en químicos y fertilizantes, y las prácticas ancestrales de los “huertos familiares” que pasan de generación en generación en la cultura europea, por mencionar un ejemplo, han provocado un giro de 180 grados en esto de trabajar la tierra; ahora cada vez son más las personas que se suman a la agricultura sustentable y hecha desde cualquier espacio, para producir lo que se consume y que así la conocida frase “del campo a la mesa” cobre cada vez mayor vigor. En el Jardín Mis Bendiciones, ubicado en el sector Las Mercedes, en San Felipe, Anabel Arenas junto a su pequeño Lucciano, ha transformado su patio en un espacio 100% productivo con cultivos de ciclos cortos y lo mejor: 100% libre de químicos, “este es el patio de nuestra casa donde sembramos sin químicos, con abono orgánico elaborado acá en mi jardín y cosechamos alimentos para nosotros y para nuestra comunidad; es un trabajo sencillo y apasionante, al que mi hijo y yo le dedicamos tiempo día a día”. Anabel explicó además lo sencillo que resulta sembrar, “acá en Mis Bendiciones tenemos desde berenjena blanca, pasando por otros vegetales y hasta uvas hemos logrado cultivar. Sembrar es muy fácil, como en nuestro caso contamos con espacio, lo que hacemos es como paso previo sembrar las semillas ya procesadas en almácigos o semilleros donde se convertirán en plántulas que, una vez alcanzan una altura aproximada de 15 centímetros se trasplantan al suelo preparado con abono orgánico”. Banco de semillas Esta emprendedora nos explicó también cómo se logra preservar la semilla, “en el caso de la lechuga para no perder nuestro banco de semillas, algunas de las plantaciones esperamos que luego de florecer, se sequen para de las vainitas que tienen en sus ramas, extraer lo que son las semillas, que también están listas para ser cultivadas”. El Jardín Mis Bendiciones -ubicado en plena ciudad- combina la tendencia agroproductiva con la especial cualidad turística que posee Yaracuy, proyecto que está en marcha para fortalecerse como una opción en materia turística en la entidad, y que muestra una vez más, la infinita capacidad de empoderamiento y emprendimiento de la mujer yaracuyana. Comunidad organizada Otra experiencia productiva viven los vecinos del sector La Pradera en Cocorote, donde con organización y determinación han adecuado un espacio común para la siembra de rubros de ciclos cortos. Rafael Morillo, uno de los encargados del conuco nos cuenta qué los motivó a dar este paso, “nos vimos movidos por aportar nuestro granito de arena como comunidad, en la tarea de sembrar nosotros mismos con nuestras familias y en nuestro entorno, porque contamos con la bendición de un espacio en común perfecto para cultivar, ya de aquí hemos cosechado cambur, caraota, auyama y plátano. Lo bueno es que cada día más vecinos se involucran en este proyecto”. Rafael explicó una técnica para elaborar abono orgánico, “necesitamos tierra negra, la corteza de los vegetales que usamos para la preparación de nuestras comidas, el estiércol de ganado o de caballo y la orina de ambos, que aporta innumerables nutrientes para que nuestro abono sea natural”. Pero hoy día un recipiente para almacenar agua potable, un envase o bolsa plásticas, una botella de refresco, por mencionar algunos, pueden fácilmente convertirse en un semillero, conuco o pequeño huerto en la comodidad de un apartamento, casa u oficina; la tendencia a producir lo que se consume y de manera ecológica, a partir de la utilización de lo orgánico en sustitución de lo procesado o químico, ha cobrado un renovado impulso. Iraima Centeno, coordinadora del Centro de Producción y Formación Socialista “Prudencio Vásquez”, nos explica que la tendencia agroproductiva ha demostrado que la agricultura es para todos, “en casa todos podemos cultivar, la agricultura da su mano a todos por igual y reúne en torno a ella a la familia en pleno. Desde mi hogar mi familia y yo ejercemos esta práctica que nos ha cambiado nuestro estilo de vida por uno más saludable porque lo que cultivamos está libre de químicos”. Para sembrar no hay límite de rubros y menos aún de espacios, cualquier lugar puede ser acondicionado con los elementos esenciales para perfectamente ser un huerto o conuco, esta tendencia prosumidora genera alimentos más sanos para el organismo, contribuye con la economía del hogar y reúne en torno a la práctica del cultivo a los miembros de la familia. Diversas son las técnicas para la siembra de rubros de ciclos cortos, lo esencial es la disposición de quienes deseen empezar con esta tendencia prosumidora que le aporta vitalidad al organismo. En el caso del pimentón y el ají dulce -por ejemplo- con solo extraer sus semillas y dejarlas expuestas al sol o al aire libre por espacio de tres días y luego introducirlas, una por una, en pequeños surcos hechos en cualquier recipiente con arena preparada y unas gotas de agua, la magia comenzará a verse con su proceso de germinación. Por una vida más sana y una agricultura más familiar, práctica, sustentable y amigable con el único planeta que poseemos, únete a la campaña de ser Prosumidor. |